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jueves, 10 de julio de 2014

Deja de buscar trabajo hasta que leas esto (II)

Publicado por
en el Blog Zumo de Empleo  

08S-febrero-2014-COLORmini
Mel

Tanto si estás sin trabajo como si tienes uno pero quieres cambiar, no puedes perderte esta serie de dos artículos donde establecemos las bases para hacer una búsqueda maximizando las oportunidades. Cada artículo está basado en una de las dos claves absolutamente fundamentales que debes tener en cuenta y debes dar la mayor prioridad si realmente quieres lograr resultados:
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  1. La mentalidad con la que te enfrentas a esa situación

  2. Las acciones a las que dedicas tu tiempo

La semana pasada estuvimos analizando la primera parte, en este artículo –> Deja de buscar trabajo hasta que leas esto (I); sin más demora ni dilación, pues, aquí va la segunda parte, que sé que estás ansioso por leerla y ponerte en marcha :)

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Donde va tu atención va tu energía. Asegúrate de estar prestando atención a las acciones que logran resultados

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Tal vez buscas trabajo porque estás sin él –y vas a por todas. O porque, aunque tienes un trabajo, cada día te levantas pensando “¿Es esto todo? ¿no hay nada más?” y estás –sin arriesgar lo que tienes- tratando de encontrar otra cosa, algo que te llene más, que te guste más, que encaje más con lo que quieres para tu vida.
En cualquiera de estos casos, dime si has hecho ya todo esto:
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Has tuneado tu CV como Dios te da a entender: la formación arriba / la formación abajo / las fechas en años / las fechas en meses, años / los puestos en negrita / las empresas en negrita / los cursos antes de los (el) idioma / una raya horizontal debajo / una foto / quito la foto / recorto la foto de la boda de mi prima que estaba fenomenal maquillada / incluyo “Mi objetivo” / teléfono, calle, DNI, carnet de conducir, signo zodiacal, estado civil

Te has dado de alta en Elinfoyós y demás portales de empleo, y pasas diariamente N horas revisando las ofertas, adaptando el CV –ya si eso-, contestando las preguntas clave…y actualizando compulsivamente el navegador para ver si tu status pasa al menos a “Leído” y no se vuelve a estancar en “Descartado”

Has preparado candidaturas espontáneas y las has enviado/llevado en mano a todas las empresas que se te ocurre y de las que puedes encontrar alguna dirección de correo – aunque sea un buzón genérico

Has dado de alta tu perfil en Linkedin, poniendo bien en grande “En búsqueda activa de empleo”, has enviado invitaciones para conectar a tóquisqui y es posible que en cuanto te aceptan, ¡ZAS! les endiñes un mensaje diciendo que estás en búsqueda y que si saben de alguna oportunidad, que te lo comenten.

Has enviado tu CV a todas las empresas de selección / headhunters que has podido encontrar en las páginas amarillas ;)

Has impreso tu CV y repartido copias a todos los familiares, conocidos, vecinos y ex -compañeros de cole, universidad, máster, etc.
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Y una vez que has terminado con toda esta lista que te parece… wow! mogollón de trabajo!, te quedas tranquilo y satisfecho. Y esperas. Y esperas. Y esperas.
Chít, nada pasa.
Pues repito.
Y me esfuerzo más: si ayer mandé 25 CVs, hoy tengo que mandar 50. Y la semana que viene, 100. Y la siguiente, 500. ¡¡¡¡A Dios pongo por testigo que aunque sea por pura estadística, alguien me va a llamar!!!!
El problema es que no llaman. El problema es que tu CV aparece descartado todas las veces.
Y lo cierto es que tenemos un límite de veces que podemos ser rechazados antes de que nos empiece a afectar.
Y cuando ese número máximo llega, empezamos a perder la autoestima, la confianza en nosotros mismos. Entramos en Defcon 3 y empezamos a mandar el CV a puestos para los que estamos sobrecualificados, o a puestos que no nos interesan en absolutos, trabajos alimenticios que nos saquen del apuro y ya veremos más adelante.
Pero resulta que tampoco ahí es más fácil porque ya están tratando  de conseguir esos puestos la gente que sí tiene la cualificación exacta… más tú y más todos los que están en la misma situación que tú. Por tanto,  no es más fácil acceder a esos puestos.
Y llega el tremendo momento de “no consigo ni siquiera un trabajo que podría hacer con los ojos cerrados y saltando a la pata coja”. Concluyes que no hay opciones. Que lo has probado todo. Que no le interesas a nadie.
Entonces decides que el mercado es una mierda. Que no hay oportunidades. Que por mucha formación, y experiencia que tengas, o te vas fuera o en este país  es imposible
O le echas la culpa a la suerte. Hay gente que nace con una flor en el culo, que las cosas les salen, pero a ti no. Lo has probado todo, o sea que más te vale asumirlo y conformarte con lo que te dejen. O irte fuera.
O decides resignarte: tengo suerte de tener un trabajo, tal vez no deba forzarlo. Aunque no es el trabajo que quiero o me interesa, aunque haya tocado techo o tenga opciones de mejora / aunque me dan nauseas cada vez que entro en esta oficina, veo que no funciona lo que hago para cambiar de trabajo. El mercado está hecho una mierda, mejor lo dejo por imposible y aguanto (me marchito) donde estoy.
Es humano que tratemos de encontrar la explicación a nuestra falta de resultados en algo externo a nosotros, en algo que está fuera de nuestro alcance.
Pero, ¿y si lo que estás haciendo no es todo lo que puedes hacer -sino simplemente todo lo que se te ocurre hacer-? ¿Y si lo que estás haciendo, simplemente, NO FUNCIONA?
No es que no haya opciones, no es que no le intereses a nadie, no es que sea imposible acceder al trabajo que quieres. Es que las tácticas que estás usando -que son las que usa todo el mundo-, son inefectivas, no te permiten diferenciarte y además, son absolutamente desmoralizantes.
Estás dedicando demasiado tiempo a las acciones incorrectas y no te das cuenta -o no te atreves a hacer- las que SÍ te pueden llevar a lograr resultados.

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El problema es cómo estás enfocando tu búsqueda.
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NO ES CUESTIÓN DE SUERTE

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Yo no sé tú, pero personalmente, algo tan importante como es mi trabajo – que es parte esencial de mi felicidad, de mi satisfacción y realización personal, y qué duda cabe, de mi sustento, de mi calidad de vida –, me niego a dejarlo en manos de la suerte. Porque no puedo controlar la suerte.
Pero  sabes qué es lo que sí puedo controlar? Los factores que contribuyen a tener suerte
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NO ES CUESTIÓN DE QUE HAY DEMASIADOS CANDIDATOS PARA LA MISMA OFERTA

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Vale, sí los hay, esa es la realidad. Sí, es más difícil, esa es la realidad. Pero como no puedes controlar la cantidad de gente que se presenta a una oferta – tampoco debes permitir que eso te frene.
Te voy a contar un secreto como seleccionadora: de las decenas y decenas de procesos de selección que he llevado a cabo, NUNCA he encontrado al candidato perfecto. Siempre hay algún “pero”, siempre hay alguna duda (y probablemente la mayoría de mis colegas seleccionadores corroborarán esto que te digo).
El candidato que tenemos en nuestra cabeza, el que reúne los requisitos y además es quien mejor encajará con la empresa, con el departamento, el jefe y los retos que se le pongan por delante… no suele entrar por la puerta del despacho. Esencialmente como seleccionadores lo que hacemos es descartar candidatos, más que reclutar.
Es decir: aunque haya otras 500 personas apuntadas a una oferta, no está todo dicho. Aún tienes mucho margen para destacar, te lo aseguro. Sólo… tienes que saber cómo hacerlo.
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LA CLAVE ESTÁ EN LA LEY DE PARETO

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… que dice que el 80% de tus resultados vendrán a través del 20% de tus acciones. Eso significa que al buscar trabajo, hay unas pocas acciones críticas que serán las que con más probabilidad te permitan conseguir más  resultados en menos tiempo.
Nos enfocamos en lo que es más evidente -y, francamente, más fácil-: el CV, elinfoyós, twitter… pero la realidad es que para lograr tu trabajo ideal, la clave, es que te tienes que diferenciar del resto y el resto, está también con el CV, elinfoyós, twitter…
Bueno, miento: antes de diferenciarte y para poder hacerlo, primero, debes ser BUENO en lo que haces. Debes ser notable en tu trabajo. Si quieres un trabajo mediocre, puedes permitirte un desempeño mediocre. Pero si quieres un trabajo PELOTUDO, debes empezar por ser PELOTUDO tú.
Whatever you are, be a good one ~ A. Lincoln
Y una vez que lo eres, entonces debes diferenciarte del resto.
Diferenciarte significa no entrar por la misma puerta que los demás. Significa dejar de poner todas tus esperanzas en elinfoyós, y empezar a crear y confiar en tu red de contactos.
Significa dejar de enviar candidaturas espontáneas por email, y tratar de conocer a la gente que te interesa en persona – pero no para darles tu CV sino para establecer una relación (te recomiendo que leas ESTE artículo y ESTE).
Es decir: debes dedicar tu tiempo a comprender las necesidades de tu público objetivo (quien quieres que te contrate) y a COMUNICAR por qué eres la persona adecuada para ayudarles a solucionar sus problemas o satisfacer sus necesidades. Debes desarrollar tu propia MARCA y lograr que tu reputación te preceda.
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Vale, por ahora ya tienes bastante que pensar. Ya sabes cuál es el foco que necesitas y la mentalidad que te ayudará a alcanzar tu objetivo.
Pero queda mucho trabajo por delante!
Tengo que contarte más despacio cómo en concreto puedes diferenciarte, cómo conseguir contar tu historia de manera que enganche a la gente que te interesa, cómo dejar de ser un profesional anónimo y empezar a tener una identidad propia en el mercado – una marca propia que refleje exactamente lo que quieres que tu mercado sepa de ti.


Y te dejo con una de mis citas favoritas:
En cualquier momento tienes el poder de decir: no es así como va a acabar la historia. 
Espero que nos veamos en los comentarios.
firma

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